Reseña: Con exportar más no alcanza

En abierto debate con el planteo dominante sobre que el principal problema de la Argentina es aumentar sus exportaciones, Martín Schorr, Andrés Wainer y Francisco Cantamutto han publicado recientemente el libro “Con exportar más no alcanza”. El cuestionamiento no es sólo para los planteos liberales ortodoxos, neoliberales o liberal-libertarios, que ubican como eje a los superávits fiscal y comercial. Es también ante el planteo neo-desarrollista que apuesta a las inversiones extranjeras para aumentar la producción y la exportación.

El punto de partida es el reconocimiento de una de las evidencias de la fragilidad de la economía argentina: la recurrente caída de reservas (de divisas extranjeras) del Banco Central que se ha venido repitiendo a lo largo de la historia, definida usualmente como la “restricción externa”. Según los autores, esto se debe básicamente a la estructura dependiente de la Argentina.(1) Esto tiene como consecuencia no sólo que nuestra industria sea deficitaria desde el punto de vista del comercio exterior, sino también que –especialmente desde la década del ‘70 y la dictadura– se han profundizado los mecanismos financieros de fuga que aumentan la sangría de divisas extranjeras. Por medio de estos mecanismos (llámese intereses de deuda usuraria, remisión de utilidades, formación de activos o directamente la evasión en todas sus formas), los países imperialistas(2) se apropian del valor generado por el trabajo argentino, limitando el desarrollo económico nacional y el consumo popular. Y en momentos críticos, esta “restricción externa” deriva en fuertes devaluaciones que preceden a los saltos inflacionarios que sufrimos recurrentemente. Este es un clásico problema de América Latina, aunque Argentina lo expresa de forma más exacerbado.

Los autores comparan la fuga de divisas con las rajaduras de un balde. Se puede exportar más con inversiones extranjeras y llenar ese balde con más divisas. Pero si esa producción viene atada a condicionamiento de los monopolios y el capital financiero para llevarse sus ganancias, lo que entra por un lado se va por el otro. Los recurrentes pedidos de préstamos al FMI u otros operadores para llenar ese balde refuerzan de forma más evidente aún nuestra dependencia y también abren estas “rajaduras”. Este análisis, escrito por académicos pero en modo de divulgación, es fundamentado con información oficial del comercio y las reservas. Debate con la ilusión neo-desarrollista; y desacredita furibundamente la burda simplificación del liberalismo ortodoxo que resume todo este problema en complacer a los monopolios y los organismos financieros para generar “confianza”, mientras refuerzan la fuga y la dependencia.

Lo que no hace el libro, reconocido explícitamente por sus autores, es plantear una propuesta de salida al atolladero. El aporte es fundamentar por qué no sirve seguir intentando con lo mismo. Aunque la respuesta al problema de la dependencia no puede ser otra que la liberación nacional y social. Esto, desde ya, es tarea de la lucha popular y de las fuerzas políticas populares.

G.C.


(1) A lo largo del libro, los autores también utilizan los términos de país “periférico”, “en vías de desarrollo”, “emergente” y otras acepciones usualmente utilizadas. Estas categorías no significan lo mismo, pero los autores las utilizan para reforzar el reconocimiento de que tanto Argentina como el resto de países de América Latina somos países oprimidos.

(2) Entre paréntesis, los autores también usan las categorías de “centrales” o “desarrollados”.


Publicación original: https://cr-alfrente.org/resena-con-exportar-mas-no-alcanza/