El imperialismo

La teoría leninista plantea que esta época ha dividido el mundo en países opresores y oprimidos y que las tres grandes contradicciones que lo atraviesan son:

  • La que existe entre la burguesía y el proletariado (clase obrera).
  • La que opone a los países opresores imperialistas con los países oprimidos.
  • La que enfrenta a las potencias imperialistas entre sí.

Lenin aclara que este libro aborda las particularidades económicas fundamentales del imperialismo. Esta nota pretende sobre todo, ser una invitación al estudio del libro.

De la libre competencia al monopolio

Desde fines del siglo XIX se produjo un proceso de concentración de la producción y el capital que engendró el monopolio. Éste es la base económica de imperialismo.

El capitalismo de libre concurrencia (libre competencia) se transformó en capitalismo monopolista. “…La competencia se convierte en monopolio. De aquí resulta un gigantesco progreso de la socialización de la producción…”. La libre competencia entre los capitalistas hizo que los peces grandes fueran comiéndose a los chicos, concentrándose, hasta quedar la producción y el mercado en manos de unos pocos monopolios. Lenin además escribe “…las crisis de toda clase, sobre todo las crisis económicas, pero no solo éstas, aumentan a su vez en proporciones enormes la tendencia a la concentración y al monopolio.”

¿Qué instrumentos y mecanismos le permitieron al capitalismo concentrarse en manos de la burguesía monopolista? Lenin enumera los medios a los que acuden: “1) privación de las materias primas; 2) privación de Ia mano de obra mediante alianzas (esto es mediante acuerdos entre los capitalistas y los sindicatos obreros para que estos últimos acepten trabajo solamente en las empresas cartelizadas); 3) privación de los medios de transporte; 4) privación de los mercados; 5) acuerdos con los compradores para sostener relaciones comerciales solamente con los cartels (agrupaciones monopolistas); 6) disminución sistemática de los precios (para arruinar a las empresas que no se someten a los monopolistas); 7) privación del crédito; 8) declaración de boicot; (…) nos hallamos ante la estrangulación por los monopolistas de todos aquellos que no se someten al monopolio, a su yugo, a su arbitrariedad…”

Última etapa del capitalismo

El capitalismo genera a la clase obrera y abre un proceso de socialización de la producción superando la producción individual, campesina y artesana del feudalismo. El imperialismo, con el monopolio concentra la producción y a la clase obrera en gigantescas unidades productivas, socializando aún más la producción, transformando al proletariado en una clase poderosa. Esto no sólo ocurre en los países imperialistas, sino también en los países oprimidos (dependientes, coloniales y semicoloniales), a donde los monopolistas llevan sus empresas para explotar, directamente allí también a la clase obrera, que así también se desarrolla y concentra en esos países. Además en los períodos de crisis mundial, como la que estamos atravesando, al ejército de reserva permanente –la fuerza de trabajo desocupada, con la que regula el precio de la mano de obra ocupada– se le suman millones de nuevos desocupados. Esto se acentúa en los países oprimidos en los que los imperialismos descargan el peso principal de la crisis del sistema. Como en la Argentina donde hoy avanza la desindustrialización.

Para dominar, en los países oprimidos el imperialismo se asocia a los terratenientes y a la burguesía intermediaria, subordinándolos. Así se desarrolla deformadamente el capitalismo en ciertas ramas, en función de los intereses imperialistas, de su división internacional del trabajo y no de las necesidades nacionales. En esencia la dominación y el latifundio traban el desarrollo capitalista y permiten, en mayor o menor grado, la subsistencia de relaciones de producción precapitalistas en los distintos países oprimidos.
Los cinco rasgos

Lenin afirma: “…si fuera necesario dar una definición breve del imperialismo debería decirse que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo. Una definición tal comprendería lo principal, pues, por una parte, el capital financiero es el capital bancario de algunos grandes bancos monopolistas fundidos con el capital de los grupos monopolistas de industriales y, por otro, el reparto del mundo es el tránsito de la política colonial que se expande sin obstáculos en las regiones todavía no apropiadas por ninguna potencia capitalista, a la política colonial de dominación monopolista de los territorios del globo, enteramente repartidos…” “ …conviene dar una definición del imperialismo que contenga sus cinco rasgos fundamentales, a saber:

  1. La concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo, que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida política.
  2. La fusión del capital bancario con el capital industrial y la creación sobre la base de este “capital financiero”, de la oligarquía financiera.
  3. La exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancía, adquiere una importancia particular.
  4. La formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, los cuales se reparten el mundo.
  5. La terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.”

Etapa de transición al socialismo

Lenin demuestra que “…el imperialismo es una etapa de transición del capitalismo a un orden social y económico más elevado”. Es la etapa de transición entre el capitalismo de libre competencia y el socialismo, porque en esta etapa se agudiza al máximo la contradicción entre la producción que es cada vez más social, y la apropiación cada vez más privada. Contradicción irresoluble dentro del modo de producción capitalista, que solo la revolución socialista puede resolver socializando no sólo la producción sino también la apropiación, es decir la distribución de lo que se produce.

Es un error pensar que los monopolios no tienen patria. El carácter “transnacional” que les da la exportación de capital, es decir la instalación de filiales locales e inversiones en otros países, o las fusiones como formas de alianza o subordinación entre monopolistas, no sitúan a los monopolios por encima de los Estados. Por el contrario, esta etapa del capitalismo, ha dado lugar al surgimiento de Estados imperialistas, que representan y defienden los intereses de sus burguesías monopolistas en todo el mundo, a través de sus embajadas, sus representaciones comerciales, delegaciones políticas y empresariales, sus servicios de inteligencia y sus ejércitos. Así los Estados imperialistas controlan no solo la economía y las finanzas, sino todas las principales palancas de los Estados de los países que oprimen.

En la época del imperialismo y las revoluciones proletarias, el imperialismo ha dividido al mundo en países opresores y países oprimidos, y el proletariado internacional lucha al lado de estos últimos y las revoluciones de liberación nacional confluyen y son parte de la revolución proletaria mundial. Por eso, en los países dependientes como la Argentina, que además es un país disputado por varios imperialismos, el inicio de la revolución es de tipo democrático y popular, agrario y antiimperialista, en marcha al socialismo.

El eslabón débil del sistema imperialista, su punto débil, está en la dominación de los países oprimidos: es decir en la capacidad del imperialismo de poder mantener esa dominación, como se ve en la situación de Medio Oriente y Sudamérica.

Las caras del imperialismo

El imperialismo no debe ser reducido a una política. Es un proceso político, económico, social e histórico. En todo caso, se asientan políticas demócratas, republicanas, liberales, fascistas, militaristas, etc. Hoy el sistema capitalista está entrando en una crisis económica mundial.

Hoy vivimos en un mundo en el que la lucha abierta por la hegemonía imperialista mundial entre EEUU y China se abre paso, todavía en un mundo de multipolaridad imperialista. La Guerra en Ucrania, desatada tras la invasión rusa, la ampliación de la OTAN, las tensiones alrededor del secesionismo de Taiwán, muestra que la disputa y la lucha interimperialista se está acentuando junto con la perspectiva de una crisis económica mundial. También esta lucha puede ser aprovechada por los pueblos. Las revueltas de Chile y Colombia terminaron con los gobiernos ejemplares de la reacción que se continuaron durante décadas. A la vez, en nuestro país, hoy vivimos una dura pulseada frente al poder económico y la reacción que busca volver al gobierno.

El rol de la clase obrera y los pueblos sigue vigente. Conocer las leyes esenciales de esta época desentrañada por Lenin es una tarea de los revolucionarios para avanzar en el camino de la liberación nacional y social.

“Proletarios de todos los países y pueblos oprimidos, uníos” (*)


(*) En el 2º Congreso de la Tercera Internacional Comunista de 1920, se aprobó el cambio de la consigna “Proletarios de todos los países uníos” por “Proletarios de todos los países y pueblos oprimidos, uníos”.


Publicación original: https://cr-alfrente.org/el-imperialismo/