Los gobiernos de Milei y del mendocino Cornejo vendieron a capitales norteamericanos la empresa mendocina IMPSA: la mayor empresa argentina de desarrollo tecnológico en energías que llegó a contar más de 500 ingenieros y 3000 operarios calificados. Diseña y construye equipos para energía hidroeléctrica, nuclear, petróleo y gas, eólica, desarrolla equipos para automatización y aplica algoritmos de inteligencia artificial a sus operaciones de diseño y mantenimiento. IMPSA participa de proyectos en todo el mundo, exportando el 85% de su producción y con presencia en más de 40 países. Significa una grave pérdida para la industria y el desarrollo tecnológico nacional.
La empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. nació en 1907 como taller para la fabricación de piezas de repuestos de material de fundición de hierro, equipos para la industria vitivinícola y compuertas para los canales de irrigación. A mitad del siglo 20 encaró el diseño y la construcción de grandes estructuras metálicas y equipos electromecánicos. En la década de 1970 inició su camino para convertirse en líder en tecnología de generación hidroeléctrica en Argentina. Hacia 1980 se convirtió en un referente mundial en la construcción de grúas portuarias y centrales hidroeléctricas. A lo largo de un siglo se fue desarrollando como empresa metalúrgica de avanzada, llegando a construir material crítico de la industria nuclear, como han sido los cuatro generadores de vapor para el reemplazo y extensión de vida de la Central Nuclear Embalse Río III. Y construyó también el recipiente de presión del Reactor Nuclear CAREM, que el gobierno paralizó este año. Ha construido también dos turbinas Kaplan de 154 MW cada una para la Central Hidroeléctrica Yacyretá.
Crisis y nacionalización
Hubo algunos hechos negativos que complicaron su situación: 1) Instaló una planta productora de aerogeneradores en Brasil con malos resultados. 2) A pesar de ser competitivo en calidad y precio, el gobierno nacional definió que las represas de Santa Cruz se entreguen a empresas chinas que financian la obra. 3) A partir del año 2016, por falta de políticas públicas adecuadas y deficiencias del financiamiento en nuestro país, no participó del boom de las renovables, que se cubre con importaciones apalancadas en financiamiento extranjero.
Agobiada de deudas, en 2018 se modificó el estatuto, la familia Pescarmona dejó el control de la empresa y éste pasó a manos de sus acreedores. En 2021, el gobierno nacional junto con el gobierno de Mendoza negoció la deuda con los acreedores y procedieron al rescate de la empresa mediante la capitalización de la misma. El 63,7% de las acciones de IMPSA son propiedad del FONDEP: fondo fiduciario público controlado por la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo, Ministerio de Economía de la Nación. El 21,2% de las acciones pasaron a pertenecer a la Provincia de Mendoza. El porcentaje restante de su capital social (15,1%) es de propiedad privada: el 9,8% está en manos de un fondo de capital controlado por los acreedores de la compañía y el 5,3% pertenece a un fideicomiso de capital controlado por los accionistas originales y fundadores de IMPSA. A partir de ese momento, el objetivo de la empresa es conseguir el capital de trabajo y sumar nuevas obras.
Extranjerización
El gobierno actual, totalmente desinteresado de las políticas de desarrollo de la industria nacional y de la soberanía tecnológica, apuntó desde un primer momento a su privatización. Finalmente, concretó su extranjerización: la estadounidense ARC Energy ofreció 30 millones de dólares por el 85 por ciento del paquete accionario más un crédito para cubrir las deudas.
Esta acción atenta contra el patrimonio estratégico nacional. Se lesiona las capacidades de innovación y desarrollo argentinas. Es un grave retroceso para el sector energético y para el metalmecánico en general. Implica una pérdida de autonomía no solo en temas energéticos sino de la industria en general.
Publicación original: https://cr-alfrente.org/el-gobierno-privatiza-impsa-y-golpea-el-desarrollo-tecnologico-nacional/
