Editorial | Luchar y pelear el voto por un rumbo y una salida popular

Para que con JxC y Milei, la reacción no vuelva al gobierno. No al golpe devaluador. Abajo el acuerdo con el FMI. Que paguen los monopolios, terratenientes y bancos.

25 de Mayo en la plaza.

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La situación económica y social de los trabajadores se agrava con la disparada de los precios. La comida y otros rubros de primera necesidad suben más que la inflación promedio. El salario y los ingresos de buena parte de la población se va en comida y alquileres. La inseguridad es también una de las principales preocupaciones. Este es el contexto a dos meses de las PASO, la primera de una sucesión de elecciones que definirán el gobierno nacional, el de la Provincia de Buenos Aires y los principales distritos del país.
El crecimiento pos-pandemia que llegó hasta el primer trimestre del año se frenó y ya se siente la caída en la demanda de trabajo y de actividad. Esto ya está impactando significativamente en los sectores más precarizados, en la construcción por jornal, costura, ferias y trabajo doméstico por hora. También empieza a aparecer en las actividades formalizadas. La última trepada del dólar blue que arañó los $500, más allá de la retracción posterior a $475, marcó el punto de inflexión. La importante caída de la recaudación en las cuentas públicas se origina principalmente por la sequía y el golpe a las exportaciones agrícolas, pero también es general.

Mientras los monopolios hacen lo que quieren con los precios de los alimentos, el gobierno aparece sin respuesta. Encima Alberto Fernández y la ministra de Trabajo volvieron a desestimar la “suma fija”, que reclaman algunos gremios, aunque la dirección de la CGT también se opone con el argumento de que “las paritarias vienen siguiendo a la inflación”.

Pero la verdad es que las categorías más bajas no están siguiendo a la inflación de los alimentos. $203.361 es la canasta familiar: por debajo de ese ingreso total una familia es pobre. Una nueva Argentina con trabajadores registrados en buena parte pobres, a la que se suman los asalariados precarizados o en negro, y a la vez otra cuentapropista que ya está sintiendo la retracción económica, son la base de descontento y falta de perspectiva detrás de la novedad de un escenario electoral “de tercios”, que incluye a Milei dentro de las posibilidades de llegar al ballotage. También de la inseguridad como una de las mayores preocupaciones.

No sirven los promedios, ni la cantidad de gente que aprovecha los fines de semana largos para hacer turismo, para entender los cambios en situación social de la Argentina. Se va profundizando la polarización económica, y a la vez también dentro de los trabajadores una distancia creciente de ingresos entre unos pocos gremios y el resto, y más aún con los precarizados. Además, una gran parte de los profesionales son asalariados bajo el convenio nomenclador de su especialidad y también entran en el promedio salarial.

Con un 39,2% de la población en la pobreza, ya en el segundo semestre del 2022 y habiéndose agravado la situación en estos últimos meses, es la tarjeta Alimentar la que está amortiguando la situación alimentaria en las familias con chicos. También los comedores y merenderos. El Potenciar Trabajo suplementa los bajos salarios de amplios sectores precarizados y en negro.

Sin el subsidio estatal en los servicios públicos esenciales y el transporte público, particularmente en el AMBA, sería imposible trabajar y vivir para millones. También sin la cobertura en remedios que el PAMI pasó a garantizar a los jubilados. Lo más grave es que llegamos al 40% de pobreza tras dos años de crecimiento de la actividad económica y aún sin contabilizar las consecuencias de la retracción económica que se inicia y de la posibilidad de un salto devaluatorio, que puede imponerse antes o después de las elecciones.

Los viajes de Massa

La sequía de este año terminó de llevar casi a cero las reservas netas con las que el BCRA sostiene las importaciones, dejando además en evidencia la línea que desde el gobierno permitió la fuga de los 45 mil millones de superávit comercial en los últimos tres años.

Massa se salió de las reglas que imponía el acuerdo con el FMI para salir a parar la escalada del dólar financiero y del blue. Comenzó a vender divisas desde el Banco Central y luego pergeñó la operación con los bonos dolarizados del ANSES. Después el Fondo aceptó esta mecánica, pero el problema de Economía es ahora tener dólares para aguantar el tipo de cambio y evitar un salto devaluatorio, al menos antes de las elecciones y de lo que le resta de mandato al gobierno.

Al cierre de esta edición, la delegación que encabeza Massa y que acompañó también Máximo Kirchner a China, habría conseguido el giro de 1.000 millones de dólares por parte de las empresas de ese país que está construyendo con idas y vueltas dos grandes represas hidroeléctricas en Santa Cruz. La apuesta principal está en conseguir financiar importaciones de Brasil, China o India mediante el Banco BRIC, una especie de nuevo FMI bajo control de la superpotencia China. Y de la renovación y ampliación del swap con ese país. En realidad más que un “swap” o intercambio de monedas como estímulo al comercio bilateral, se trata de una línea de crédito, que en la medida que se use comienza a demandar intereses del 6% anual.

Después de China vendrá el viaje a EEUU, para negociar con el Fondo. La línea geopolítica para poder negociar con el FMI después del viaje a China, fue claramente expuesta por EEUU: no 5G, no central nuclear, no aviones militares, no puerto en Ushuaia, ni hidrovía bajo control chino. Aun así, Massa no tiene asegurado que contará con el adelanto de todas las partidas del Fondo previstas para 2023 que rondan los 10 mil millones de dólares. Y por eso está por verse cuál será el contexto económico, los niveles de inflación y el cuadro social sobre el que transitará el proceso electoral, que incluirá además toda una secuencia de fechas electorales.

El acto del 25 y las candidaturas

El acto del 25 de mayo a Plaza llena y bajo la lluvia con Cristina Fernández de Kirchner como única oradora marcó un punto de inflexión. Con un discurso de una hora, la actual vicepresidenta y dos veces presidenta, en primer lugar hizo un balance de los 20 años desde que Néstor Kirchner asumiera la presidencia en 2003, bajo las condiciones políticas que había dejado la crisis de 2001. Apuntó contra la Corte Suprema y el sector del Poder Judicial que forzó su condena y proscripción y a la vez se niega a investigar el atentado en su contra. Poder Judicial que pasó a intervenir abierta y temerariamente en los procesos electorales provinciales de San Juan y Tucumán recientemente. Y que viene escalando su alineamiento político con amparos para impedir que el servicio de internet sea considerado servicio público en favor de los monopolios, el alcance de las resoluciones sanitarias presidenciales durante la pandemia y del decreto con el que Macri retocó la coparticipación en favor de CABA. Marcó su distancia con Alberto Fernández, que además no fue invitado, aunque no dudó en señalar que este gobierno es infinitamente mejor que lo que hubiese sido un segundo mandato de Macri. También enumeró los ejes de un programa industrialista y de recuperación salarial. Y planteó la necesidad de “lograr que este acuerdo firmado con el FMI sea dejado de lado, y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica. Sino va a ser imposible pagarlo”. A la vez que calificó el préstamo a Macri como político, irregular y excepcional, por lo que toda negociación debe darse en esos mismos términos.

En definitiva, tras haber reiterado desde diciembre del año pasado que no sería candidata, pero habiendo logrado mantener el liderazgo y la centralidad en la dirección del peronismo y el FdT, proyectó físicamente desde el escenario a sus principales candidatos, sin anunciarlos en el momento. A su lado estaban Kicillof, Máximo, Wado de Pedro y Massa, los nombres que tras el acto trascendieron como probables candidatos a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, primer diputado en ese distrito, candidato a presidente de la Nación y a primer senador por la provincia de Buenos Aires. Como vicepresidente se incorporaría a un gobernador, probablemente Zamora de Santiago del Estero. También periodísticamente, se hace público su acuerdo para unas posibles PASO con Sciolli y Tolosa Paz, aunque hay más anotados.

La disposición de candidatos que ha trascendido mantiene el acuerdo del kirchnerismo con Massa como eje en el gobierno, pero proyectada ahora desde la Provincia de Buenos Aires como centro de ese acuerdo. La intención de apuntar a la reelección de Kicillof es clara y desde ahí, con una elección que puede o no desacoplarse de la nacional, apuntalar la candidatura presidencial de un Wado de Pedro que en poco tiempo, y con una foto junto a CFK tiene que lograr consolidarse. Sciolli tiene la ventaja y la desventaja de haber ya sido candidato en 2019. Al mismo tiempo las PASO no son internas aisladas, sino que ya presentarán un primer contraste frente a Bullrich, Larreta y Milei.

La interna de Juntos por el Cambio

La sangre no llegó al río y Larreta bajó a Quirós en la Ciudad, con lo que el PRO va unificado tras Jorge Macri a competir contra Lousteau de la UCR por la Jefatura del Gobierno de la Ciudad. Larreta se aferró a Santilli y no negoció compartirlo con Bullrich en la Provincia de Buenos Aires, donde la presidenta del PRO respaldada por Macri lleva la delantera e irá con Grindetti. Es la única posibilidad que tendría Larreta de ganarle a Patricia Bullrich las PASO. Pero los intendentes radicales se alinean mayoritariamente con Bullrich. Por eso Larreta le ofrecería a Manes ir de senador. La UCR está fracturada y podría desvanecerse toda la estrategia de su presidente Morales, si la fórmula que probablemente integre con Larreta pierde frente a Bullrich. Para ese momento, también las PASO habrán marcado el éxito o el fracaso de Lousteau frente a Jorge Macri en CABA. Además a esta altura tampoco puede huir con media UCR hacia un acuerdo con el cordobés Schiaretti.

Luchar y pelear el voto

La situación nacional es adversa para las fuerzas populares, tanto económica como políticamente. El adelantamiento de las elecciones provinciales es un reflejo de esto. Está claro que la elección de la Provincia de Buenos Aires por la reelección de Kicillof, por los votos que aporta a la presidencial y por la cantidad de diputados que elige esa provincia es central para el FdT y también para la reacción de JxC y Milei.

La inflación y las paritarias trimestrales plantean que la lucha por el salario atravesará todo el año. Además está pendiente el resultado de Massa en cuanto al adelantamiento de los desembolsos del FMI. ATE se ha pronunciado en contra del último aumento acordado entre el Presidente y UPCN y reclama además una suma fija. Y a la vez las negociaciones con el Fondo siempre tienen como contrapartida recortes presupuestarios en los ministerios, por lo que viene creciendo y unificándose la lucha de las organizaciones sociales como ocurrió este último 18 de mayo en la movilización de UTEP y Unidad Piquetera.

Desde el acuerdo con el FMI –en el que se aceptó negociar como si se tratara de un préstamo regular y ordinario y no alevosamente irregular y político–, el golpe devaluador de junio del año pasado –que tuvo su pico entre la renuncia de Guzmán y la llegada de Massa y que derivó en una serie de concesiones a la reacción como el dólar soja– y la inacción concreta ante la suba monopólica de los alimentos, desde Liberación Popular y el Comunismo Revolucionario hemos cuestionado el rumbo del gobierno junto a muchas otras fuerzas que lo integran. Y a la vez, también con esas fuerzas coincidimos que es preciso mantener la unidad táctica en el Frente de Todxs para impedir un triunfo de la reacción con el que vuelvan al gobierno con Bullrich, Larreta o Milei. Desde los intereses de los trabajadores y el pueblo, la lucha sindical, de las organizaciones sociales, estudiantil o de cualquier sector se mancomuna con la lucha política nacional y distrital para impedir el triunfo de la reacción en las elecciones. Y si aun así no lo lográsemos, esa lucha sectorial y política estará forjando la unidad necesaria para enfrentar a su gobierno y sus medidas antipopulares y antinacionales.


Publicación original: https://cr-alfrente.org/editorial-luchar-y-pelear-el-voto-por-un-rumbo-y-una-salida-popular/