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El resultado de las elecciones del pasado domingo ha dejado al candidato de Unión por la Patria Sergio Massa con un 37% de los votos para competir contra Milei, el candidato de la Libertad Avanza que mantuvo un 30% de respaldo. La gran derrotada fue Patricia Bullrich con un 24%. De la apatía de las PASO se pasó a una participación del 79% del electorado. El amplio triunfo de Kicillof como gobernador de la Provincia de Buenos Aires con un 45%, por más de 18 puntos a los opositores, fue contundente y aportó un caudal decisivo al resultado nacional.
Cuando ni habían transcurrido 48 horas del escrutinio, en la medianoche del martes Mauricio Macri convocó a una reunión en su casa con Milei, su hermana, Patricia Bullrich, Ritondo y Santilli, y así se definió sumar a un sector de Juntos por el Cambio al proyecto presidencial de Milei. A cambio, aunque no trascendió oficialmente, de la incorporación de dirigentes macristas al gabinete de economía y otras áreas. A la mañana siguiente, la fórmula derrotada de Bullrich y Petri anunció su apoyo al conservador libertario.
Con este pacto Macri precipitó la ruptura de JxC. Desde el Comité Nacional de la UCR no tardaron en rechazar la jugada; también Carrió, Pichetto y Ocaña. Tampoco lo acompañó la declaración de los gobernadores de JxC. Macri opera en la interna radical donde hay sectores provinciales como Petri que apoyan a Milei. Y profundiza la división del PRO, entre los que están con él y los que están con el derrotado Rodríguez Larreta.
Por eso no podemos subestimar esta jugada de Macri que le aporta ahora abiertamente al proyecto que se agrupa detrás de Milei un conglomerado empresario, mediático, judicial y de relaciones internacionales que ya sufrimos durante su gobierno. Aunque también el pacto con Macri está generando algunas bajas entre los dirigentes libertarios. La relación de Milei y Macri con el ex presidente y probable candidato a la presidencia de EEUU Donald Trump es explícita. También con Bolsonaro, que intentó desconocer el resultado de las elecciones en Brasil con sectores de las Fuerzas Armadas, igual que Trump en EEUU. El hijo de Bolsonaro participó del dispositivo político de La Libertad Avanza el domingo y todos lo vimos apoyando a Milei y a Villarruel.
Milei no es un disruptivo suelto: es el candidato de estos sectores para volver a controlar el poder en Argentina. Que nadie se confunda: no hay nada de libertad en el proyecto que se organiza detrás de Milei, Villarruel y ahora abiertamente Macri. Milei reivindicó, en el debate televisivo, una supuesta “guerra” que habría librado la dictadura en la que la que desaparecidos, campos clandestinos, tortura y robo de bebés son, para él, “excesos”. Que la mitad de la campaña se base en una maraña de memes y videos en las redes, ahora con leoncitos, patitos y gatitos, no debe desdibujarnos los peligrosos factores de poder que hay detrás de ese proyecto.
Una diferencia de 7%
En la diferencia del 7% lograda por UxP con Massa el 22 de octubre se expresan muchos de los que no habían votado en las PASO o habían votado a otras fuerzas, pero vieron que era imperioso que Milei no ganase en primera vuelta. Incluso, algunos que habían castigado al gobierno se dieron vuelta porque llegaron a advertir que Milei era un cambio para peor. Para mucho peor, como quedó claro cuando Milei festejó luego de haber promovido con la mafia cuevera de la city la corrida del dólar blue que lo llevó a $1.100. Si la inflación es un problema, Milei es la hiperinflación.
Las medidas de Massa peleando los saltos inflacionarios con el bono y la detención del principal responsable de la corrida dieron resultado en lo político y en lo económico. También avanzamos en que empiece a quedar claro que la motosierra de Milei va contra los trabajadores, como se graficó en el precio del boleto de colectivo a $700 y de tren a $1.100 si llega y recorta los subsidios. Lo mismo con la educación y la salud pública. Y desde ya, con aberraciones como la venta de niños y de órganos como pasa en otros países. Cuando vieron que se les empezaba a caer la careta en estos temas del gasto público, quisieron volver contra las mujeres para captar más votos resentidos y propusieron la desvinculación paternal.
El liberalismo de Milei es tan individualista que va contra la familia, porque en definitiva es un vínculo colectivo. El liberalismo de Milei es disolutivo no solo del Banco Central que regula a los bancos privados, sino del Estado Argentino como él mismo públicamente lo señala. Ya anunció que entregaría las Malvinas. Si avanza, es un programa de disgregación nacional, funcional a la repartija del litio, el petróleo y la soja por el que ya están pujando muchas potencias. Milei vocifera su alineamiento internacional con el EEUU de Trump e Israel. Ya Menem, a quien Milei considera el mejor presidente de la historia, en 1990 nos metió en la Guerra del Golfo en Medio Oriente y las consecuencias no tardamos en sentirlas.
La estructura de dependencia y los monopolios detrás de la grave situación
La situación económica de la mayoría de las familias trabajadoras es grave. La inflación ha sido el principal mecanismo en los últimos seis años para que nuestro salario sea en realidad cada vez menos. Algunos pocos gremios corren a la par de la inflación, pero no la mayoría, ni la gran masa de trabajadores precarizados, de cooperativas o cuentapropistas. Tampoco de los jubilados. Los monopolios de la alimentación y los medicamentos están ganando fortunas a nuestra cuesta. También los especuladores del dólar y los bancos con el mecanismo de las Lelic. Este es el principal punto por el que muchos trabajadores votaron contra el gobierno en las PASO o incluso el domingo pasado.
El bono y la devolución del IVA son medidas paliativas que ayudan a las familias a transitar estos meses. Y la eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios era una cuenta pendiente. A pesar de los pronósticos, las medidas de Massa apostando a la producción, el consumo y no al enfriamiento, evitaron entrar en una recesión con despidos y suspensiones. También evitaron una corrida hiperinflacionaria.
La sequía agravó las condiciones, pero hay un problema estructural por el cual los grandes monopolios y terratenientes fugan sus ganancias convertidas en dólares, evaden impuestos y fraguan exportaciones e importaciones. Hay países limítrofes, en los que hacen esto libremente y además no hay leyes laborales, pero tampoco educación ni salud pública como en la Argentina. Es a donde nos quieren llevar Milei y Macri.
Y además de todo esto, están las ganancias de las empresas de servicios públicos, puertos, y aeropuertos privatizados, con mercados cautivos, garantizadas con subsidios y exenciones del Estado. También acerías y refinerías que hoy en manos de monopolios privados controlados desde el extranjero condicionan a toda la industria, la construcción y como se ve hoy, los combustibles. Es la estructura económica de dependencia, destrucción de la industria nacional y endeudamiento que se engordó con la dictadura, que se repartió el saqueo de las privatizaciones con Menem, que despobló el campo con la sojización aglomerando pobreza en las ciudades, y que volvió con Macri y el FMI a endeudarnos.
Votá a Massa para derrotar el pacto Milei-Macri
Alguna de las fuerzas que nos alineamos hoy en Unión por la Patria apuntamos a un cambio de raíz sobre esta estructura, como condición para un camino de liberación nacional y social. Nuestro apoyo en las PASO a Juan Grabois tuvo este sentido dentro de la unidad de Unión por la Patria como frente justo y necesario para hacerle frente al proyecto de Milei y Macri, hoy sincerados en su comunión.
El tránsito político y económico en estas tres semanas hasta el ballotage seguramente no sea sencillo y esté plagado de maniobras y operaciones de todo tipo. Massa y Unión por la Patria en la Ley de Presupuesto enviada al Congreso le han planteado el desafío a diputados y senadores que se llenan la boca contra el déficit y el gasto fiscal como único problema estructural, que resuelvan un recorte drástico en los subsidios que reciben los monopolios, y que representan el 5% del PBI. Así si se recorta el 4%, el bendito superávit llegaría al 1% y en su reduccionismo se quedarían sin programa opositor. Sabemos que el problema y lo que está en juego en esta elección es mucho más que esto, porque además el mundo está cambiando.
Por eso en estas tres semanas desde Liberación Popular y el Comunismo Revolucionario no ahorraremos esfuerzo militante desde Unión por la Patria para derrotar a Milei y Macri en el ballotage del 19 de noviembre, y que Sergio Massa sea el nuevo presidente de los argentinos y todos los que habitan nuestro país.