Por un reagrupamiento social y político en la lucha para derrotar el ajuste y la entrega de Milei

Discurso de cierre de Guillermo Rocha, coordinador nacional, en el plenario de Liberación Popular.

Bueno compañeras y compañeros, felicitaciones al Plenario. Tuvimos la presencia en la apertura de Berenice de La patria es el Otro, del Tano Pasini que nos trajo el saludo de AGTSyP y de Patria y Futuro, afluentes que nos vamos uniendo en darle también una salida política a esta situación.

Nosotros no solo estamos cerrando un período, que es este primer año de Milei, donde pusimos hoy principalmente el debate. Sino también más largo, porque la última elección de Mesa fue a inicio del 2020, al inicio del Frente de Todos. Es un período en que Liberación Popular se afirmó; en este proceso que tuvo idas y vueltas, todas las discusiones de la derrota del ‘21 y la derrota del ‘23. Pero fue organizándose, fue uniéndose a un conjunto de fuerzas y fuimos adoptando una identidad mucho más clara, que es la que va teniendo hoy nuestra fuerza. Además, abrimos trabajo en distintas localidades… Y está claro que nuestro periódico Al Frente es un instrumento para esa expansión.

Nosotros vamos por un cambio revolucionario, de fondo, de estructura. Como señaló la compañera de La Patria es el Otro, antiimperialista. ¿Pero cómo avanzamos en ese sentido? Bueno, en ese sentido avanzamos protagonizando la lucha política en cada momento, porque siempre hay una reacción y un pueblo en cada momento. En su momento fue Macri, ahora es Milei y su gobierno; y a veces hay gobiernos populares. Los gobiernos, los tiene en general la reacción. Siempre le decimos a los más jóvenes, que tuvieron mucho tiempo de gobiernos populares en su vida. Los gobiernos populares son la excepción, no la regla.

¿Por qué? Y porque hay un estado oligárquico-imperialista que se conformó en 1880, donde hubo clases sociales ganadoras y hubo clases sociales perdedoras. Y los grandes ganadores fueron los terratenientes y el imperialismo, que se repartieron la Patagonia, después de aplastar a los caudillos federales, después de mandar a exterminar al pueblo paraguayo en la guerra en la Triple Alianza y después de exterminar a los originarios en la Patagonia. Porque ése es el proceso que se conforma el Estado nacional argentino.

Cuando se impone un gobierno popular como pasó, no es indistinto si es con un pechazo, como le llamamos; como fue el 17 de Octubre para Perón, todo un estallido social y político. Lógicamente ese gobierno va a poder ir mucho más a fondo, expropiar las empresas, los ferrocarriles, y aprobar una cantidad de leyes laborales en favor de los trabajadores, como hizo Perón. O cuando vienen gobiernos populares después de un estallido como el 2001, también se puede avanzar de una manera. Inclusive, cuando toma el curso que toma el conflicto de la Mesa de Enlace, hay un contra pechazo popular, que fue toda la movilización del 2008. Nosotros ahí ajustamos políticamente. Porque ahí empezamos a comprender más a fondo esto de la contradicción principal, y que siempre hay un pueblo y siempre hay una reacción. El problema es estar del lado del pueblo.

Entonces, a partir de esa situación del 2008, donde querían voltear al gobierno con los cortes de ruta reaccionarios, vino el contra pechazo popular: se consiguió la AUH, se consiguió la estatización de las AFJP, parcial de YPF, la jubilación para las amas de casa, una cantidad de cuestiones muy profundas… Hay un abanico de cosas que se conquistan en ese contra pechazo del 2008.

Pero en definitiva, al no irse más a fondo en el cambio de estructura, este camino de la conquista de los derechos se agotó. Y una parte dijo “bueno, pero estamos perdiendo poder adquisitivo salarial”. Y entonces pudo ganar Macri. Los trabajadores ocupados de altos ingresos con sus sindicatos estaban enojados por el impuesto a las ganancias, que le sacaba casi un tercio del sueldo. Recuerden que hay una ruptura del gobierno con Moyano y Massa. Y con Macri, se comprueban las consecuencias de las políticas liberales y de apertura de mercado, de endeudamiento… Lo derrotamos en 2019. Pero no lo derrotamos con un estallido popular, con una pechada. Se llegó con un Alberto Fernández negociando el precio del dólar a 60 pesos. Se llegó demasiado ordenado al triunfo, para “prender la economía”, con el apoyo de una UIA que había perdido con Macri.

Pero en definitiva, cuando ese gobierno en medio de la pandemia intenta la expropiación de Vicentín, mete el dedo efectivamente en todo el tema de la exportación de granos y el control de la hidrovía… el lugar por donde salen gran parte de las riquezas de nuestro país, el Paraná; y ahora el otro es Bahía Blanca, que es por donde sale lo de Vaca Muerta.

Y cuando el gobierno del Frente de Todos tocó ese nervio, la reacción saltó con todo y en medio de la pandemia salieron a cortar las calles. Y en definitiva el gobierno reculó y la reacción lo midió en su debilidad política más profunda. A partir de ahí vino un cambio en la dirección de la UIA con Techint y la Copal, y el horadamiento del gobierno de Alberto Fernández fue básicamente con la suba de los precios de la comida. Nos masacraron con los precios de la comida durante tres años. No pararon de subir y la gente dijo “bueno pero así yo no puedo vivir”. Entonces lo fueron acorralando al gobierno. Y hay una parte que dijo “a mí el peronismo me propone ser pobre toda la vida y ser asistido con planes”. No es tan ilógico que una parte de los hijos de la gente organizada en los movimientos sociales haya hecho una reacción, como contaron en las comisiones, al decir “yo no quiero terminar como mis padres”. Hay algo de eso, en lo que quebró abajo, en un sector del peronismo abajo.

Y por otro lado en otros sectores volvieron a tocar la fibra menemista. Porque el peronismo también ha tenido momentos populares, como con Perón, pero también ha tenido momentos que ha sido de gobierno reaccionario. Nosotros nos pasamos toda la década del ‘90 enfrentando a la reacción del gobierno menemista. Con Hugo Moyano, con el “Perro” Santillán, con De Genaro de la CTA, las Marchas Federales y todo eso. No por casualidad Milei recoge eso. Hay que entender que el peronismo no es blanco o negro, es un proceso.

Y ahora tiene una crisis muy fuerte, lógicamente eso lo vamos a sentir, porque esta dispersión del peronismo, esta crisis, donde hay gobernadores trabajando para Milei, lógico, nos dificulta el reagrupamiento. Y en la CGT hay un debate, si confrontar o darle tregua e ir a negociar. Por eso no pudimos hacer el paro nacional del 5 de diciembre, aunque las CTA’s y algunos gremios de la CGT movilizaron con fuerza a la Plaza de Mayo y logramos terminar este año mostrando un camino de lucha.

En una gran parte de la gente hay bronca, Milei no tiene la mayoría. Si hacés una encuesta, Milei te da menos del 50%. Pero lo que pasa que no es un gobierno que porque vos le hagas una marcha de pobres, te diga “ah, tengo que resolver el problema de la pobreza”. No, él te dice: “la pobreza toda viene de la herencia del populismo, chau. Yo no me hago cargo”. Ahora le sacó los remedios a los jubilados. Lo que están proponiendo es que de ahora en más, la gente quede tirada en la calle y se muera.

Creo que el nudo central del debate hoy en las comisiones fue por qué si la bronca es mayoritaria ante tremenda reacción abierta y antihumana, de “bueno, si el capitalismo dice que te tenés que morir, listo, te tenés que morir. Porque lo dice el capitalismo y lo único que funciona es el capitalismo, entonces está bien que vaya por acá…” No es que por eso automáticamente todos lo dejan de apoyar. ¿Por qué, aunque la mayoría no lo apoye, sin embargo no estalló socialmente ante todo esto?

Porque también te dicen: “lo que pasa que ganó con ese programa, no es que ganó mintiendo”. Entonces hay un punto en el que lo tenemos que horadar desde los movimientos de masas, que son los sindicatos, los centros estudiantes y las organizaciones barriales. Y eso es lo que hemos hecho este año. No es que eso faltó. Porque la marcha más grande que tengamos recuerdo es la del 23A por la universidad. No hay una más grande que nos acordemos. Porque tocó un nervio identitario de la Argentina, que la distingue de otros países de Sudamérica. Que es el acceso a la educación pública, inclusive a nivel universitario en forma gratuita, y el acceso a la salud en forma gratuita. Gran parte de la migración a este país es justamente por esta diferencia, que es totalmente inalcanzable en otros países; y ellos van contra esto, que es identitario en la Argentina, porque el capitalismo dice que hay que eliminarlo, porque no le cierran los números.

Entonces está planteada una confrontación muy de fondo. Gran parte del debate que aparece inclusive entre los compañeros peronistas es ¿alcanza el programa con el que veníamos para hacer frente a esto? Que era un poquito acá, un subsidio industrial allá, otro subsidio acá… y no. O sea, hay una crisis programática también. Porque en ese sentido aprendamos de Milei: el tipo llegó, metió un DNU y dijo: “el programa es todo esto, y si me da la fuerza, yo te lo voy a poner de cuajo”. Y bueno hay que aprender del enemigo también… Si nosotros hacemos un pechazo tipo 2001 y ponemos un gobierno popular. ¿Qué vamos a ir? ¿De a poquito, o vamos con nuestro mega DNU? Capaz que lo aprobemos en el Congreso, pero la vamos a tener ocupada si nosotros planteamos expropiar una empresa.

Hay que controlar los puertos del Paraná: los vamos a ocupar con los trabajadores, lo vamos a ocupar con las y los que viven alrededor de todos esos puntos neurálgicos de la economía, sean empresas alimentarias, los puertos, los yacimientos, todo lo que haga falta para el desarrollo económico y social de la Argentina, lo tienen que pasar a controlar los trabajadores y las fuerzas populares.

Por lo tanto, el pechazo esta vez tiene que ir ahí. Mucho más a fondo. Ahora vamos a ir a fondo. Porque también aprendimos de Milei. Nosotros vamos a hacer nuestro mega DNU que toque los problemas de fondo de la economía y de la producción. Esto es lo que pasa estar en discusión. Tenemos que levantar el programa del conjunto de las organizaciones populares. Hay compañeros peronistas que también empiezan a plantearse esto, que no alcanza porque justamente así una parte de la juventud dijo “no voto más al peronismo”. Hubo un rechazo buscando “un cambio”. Lo que estuvo mal es votar el cambio a través de Milei. El cambio viene por este lado.

Algo está muriendo en esta sociedad, pero algo también está naciendo. Lo hablábamos el otro día con una compañera peronista, quien justamente planteó: “yo siento que algo se terminó, pero que algo viene”. Bueno, ha cambiado el período internacional, que se denominó de “globalización”, donde Estados Unidos hegemonizaba y a la vez hacía un acuerdo con China, donde la mano de obra era muy barata. Entonces se ponían ahí las empresas norteamericanas y los chinos también iban aprendiendo cómo hacer las cosas. Y juntos nos inundaban de productos de todo el mundo. Bueno, ése período con la crisis del 2008, y claramente con la guerra de Ucrania, se terminó. Son 30 años de política. Entonces vos sentís que se inicia un nuevo periodo, donde la pelea por la hegemonía mundial imperialista entre China y Estados Unidos está en juego. Trump ha dicho en una de sus predicas por las bases de Ejército de Estados Unidos: “prepárense, porque la guerra con China puede estar mucho más cerca de lo que se piensa”. Los factores de guerra están creciendo.

Si hubiera ese conflicto entre las potencias, como pasó en la Segunda Guerra Mundial o como pasó en la Primera Guerra Mundial, no apuntamos a alinearnos atrás de uno o de otro; en cambio, como la Revolución de Mayo con el conflicto entre España, Inglaterra y Francia, lo vamos a aprovechar para avanzar en el proceso liberador nuestro. Lo de Yrigoyen del radicalismo, cuando hizo YPF, fue justamente en esa salida de la Primera Guerra Mundial. Y el peronismo, como proceso político, arranca el ‘45 que es el año donde termina la Segunda Guerra Mundial y aprovecha ese debilitamiento de Inglaterra. Surge Estados Unidos como superpotencia, pero Inglaterra está debilitada y les expropia los ferrocarriles.

Entonces nosotros vamos por esta salida de fondo, revolucionaria, y buscamos aproximarnos con un pechazo popular y con un programa más alto. Y hoy, tácticamente, seguir empujando desde los sindicatos, de los centros estudiantes, de los barrios, con los jubilados contra el genocidio, con todos los movimientos de masas, enfrentar la política Milei. Y a la vez, presidiéndonos de una batalla política que va a tener un centro en la provincia de Buenos Aires: porque si Milei nos gana la provincia de Buenos Aires es una historia; y si nosotros lo derrotamos a Milei en la provincia y a todos sus aliados empelucados del PRO, de los radicales, entonces la historia puede ser otra. Con el pechazo, con la perspectiva de un gobierno de Axel Kicillof. Nosotros vamos por eso y por eso hoy estuvieron los compañeros Berenice de La Patria es el Otro y el Tano Pasini de AGTSyP y de Patria y Futuro.

Vamos con la lucha de masas, presidida de la política, con el pueblo contra el gobierno reaccionario de Milei. Así que un saludo a todos, compañeras y compañeros, felicitaciones por participar como delegados, vuelvan a sus barrios, a sus facultades, a su lugar de trabajo, cuéntenle este plenario, a los aliados que tenemos y en qué camino avanzamos.


Publicación original: https://cr-alfrente.org/por-un-reagrupamiento-social-y-politico-en-la-lucha-para-derrotar-el-ajuste-y-la-entrega-de-milei/