Una cuestión poco conocida sobre los meses que duró la Guerra de Malvinas tiene que ver con su impacto en la reactivación de los centros de estudiantes de la UBA. Desde el inicio de la dictadura el movimiento estudiantil fue ensayando distintas formas de resistencia, de manera clandestina y semiclandestina, pero las condiciones eran durísimas, con miles de estudiantes detenidos-desaparecidos y la proscripción de toda actividad política. Junto al terrorismo de Estado, la dictadura impuso en la universidad cupos, exámenes de ingreso y aranceles. En 1980, la FUA lanzó un petitorio contra el arancelamiento y en 1981 se convocó a la primera movilización pública, que fue brutalmente reprimida.
En este marco, la organización del movimiento estudiantil de la UBA dio un salto a partir de la Guerra de Malvinas de 1982. En medio de la convulsión generada por el estallido bélico, las agrupaciones y los centros de estudiantes empezaron a aparecer públicamente, en principio con la colocación de una mesa en la entrada de cada facultad para juntar donantes de sangre. La iniciativa aprovechó la contradicción entre la prohibición de la actividad estudiantil por parte de las autoridades universitarias y el contenido difícilmente censurable de esas primeras mesas (la solidaridad con los combatientes). Una vez instaladas, ya no hubo marcha atrás. Primero la mesa no decía nada, después se colocaron carteles de los centros de estudiantes y hacía el final de la guerra ya había banderas y las agrupaciones empezaban a volantear. Durante la segunda mitad de 1982, se realizaron asambleas, movilizaciones públicas y elecciones de centros en algunas facultades.
Todo esto es un ejemplo de cómo la enorme movilización antiimperialista que se generó a partir de la recuperación de las islas desbordó en muchos casos las intenciones de la dictadura. En las universidades, abrió una brecha para que las agrupaciones y los centros volvieran a aparecer en escena. Al año siguiente, en 1983, enormes manifestaciones estudiantiles cuestionaron los cupos y aranceles e instalaron en la agenda política los reclamos de ingreso irrestricto y gratuidad. Hoy sería muy difícil entender las características de la universidad argentina sin tener en cuenta esas movilizaciones y las que vinieron luego, como las de la década del ‘90.
Fuente: Yann Cristal, Pública y gratuita, Eudeba, 2025.
Publicación original: https://cr-alfrente.org/malvinas-y-la-reorganizacion-del-movimiento-estudiantil-en-1982/