EEUU está perdiendo la iniciativa

La llegada de Trump a la Casa Blanca marcó un giro en la línea de EEUU frente al avance de China en disputa por la hegemonía mundial del sistema capitalista imperialista. También un brutal cambio en la política interna y el tratamiento de la inmigración y demás cuestiones, sobre una sociedad y un Estado resentidos por el sobreendeudamiento y el déficit generado para sostener un nivel de gasto y una posición mundial, hoy cuestionados. Reproducimos un extracto de la última resolución del Comité Central del Comunismo Revolucionario de septiembre de 2025, que analiza esta situación.

China hizo ostentación de poderío militar en el desfile por el 80º aniversario del triunfo sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Trump no está obteniendo los resultados que esperaba para EEUU en lo que se refiere a replantear el escenario internacional y hacer retroceder a China. El desfile militar de Pekín conmemorando el final de la Segunda Guerra Mundial con la capitulación de Japón es una muestra. No solo por el desarrollo armamentista que China expuso, sino por la alianza y los acuerdos con Rusia y Corea del Norte, quienes encabezaron la delegación de invitados al desfile.

La presencia de Paquistán e incluso de la India en la reunión previa de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) es muestra de la creciente influencia china que EEUU no puede parar. La presencia de la India es sorpresiva teniendo en cuenta que, en el conflicto armado entre estos dos últimos países, China ha provisto de armamento a Paquistán bajo la estrategia de desplegar la Ruta y Franja de la Seda que atraviesa ese país para salir al Mar Arábigo. En total, estuvieron presentes mandatarios de 26 países; de éstos, cinco países poseen armamento nuclear. El presidente estadounidense Trump declaró no con su mejor cara: “Este desfile lo hicieron para que yo lo vea”.

China se ha erigido como potencia monopólica industrial, comercial y logística. Su monopolio automovilístico BYD con un conglomerado de otras 40 empresas, han pasado este año a dominar absolutamente en el mercado mundial de los automóviles híbridos y eléctricos. Europa retrocede estrepitosamente con sus dos megafusiones monopólicas Stellantis y Volkswagen. Mientras tanto, EEUU arrancó con la ametralladora de aranceles para todos los países –incluidos también sus aliados– para modificar el escenario de alianzas y reducir su déficit comercial y presupuestario, ante la imposibilidad de seguir emitiendo bonos que escaló a niveles insostenibles aun para EEUU. Esta política y el rechazo a un proyecto que pretendía el monopolista estrella Elon Musk llevaron a la salida abrupta del magnate tecnológico, quien acusó a Donald Trump de estar en la lista de pedófilos de Epstein.

Trump se propuso, en cuanto llegó, mediar para terminar la Guerra en Ucrania que promovió su antecesor Biden con su ampliación de la OTAN hasta la frontera de Rusia y la provisión de armamento de alcance medio. Apuntando a desblocar a Rusia de China para poner en el blanco principal a este último, incluso planteó la derrota de Ucrania y humilló al presidente ucraniano Zelenski. Pero hasta el momento no ha tenido resultados. Por el contrario, el incidente de los drones rusos sobre territorio polaco de estos días ha tensionado a Europa bajo la regla de que si un país de la OTAN es agredido todos entran en guerra.

Al igual que Biden, Trump respalda a Israel militarmente con la provisión de armamento y parte de las bombas con las que está arrasando Gaza y llevando a cabo el genocidio Palestino. Además, diplomáticamente e inclusive en la “ayuda humanitaria” que es también parte del dispositivo de exterminio.

En la ONU, EEUU votó en contra de la solución de dos estados para
Israel y Palestina, y así quedó integrando el reducido bloque de
10 países que bancan el genocidio de Israel sobre Palestina.

Cuando Israel conminó a bombardear las instalaciones nucleares iraníes con las bombas anti bunker que solo EEUU dispone en occidente, Trump lo hizo, para luego “imponer un alto el fuego”. Este alineamiento de EEUU con la acción genocida de Israel está trayendo amotinamientos y declaraciones públicas de oficiales perseguidos y sancionados por sus posiciones antifascistas. La mayoría de los países de Europa (integrantes de la OTAN) se plantea sancionar a Israel, con excepción de Alemania e Inglaterra que defienden el genocidio y persiguen internamente a quienes lo denuncian. La reciente aprobación en la ONU del reconocimiento del Estado Palestino por amplísima mayoría y el informe que prueba el genocidio, marcó el aislamiento de Israel y un golpe diplomático para EEUU.

Internamente la lucha política se viene agudizando en EEUU, incluso con el despliegue de tropas federales en Estados controlados por los demócratas. La caza y deportación de migrantes es brutal. El 20 de enero de 2025, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que cuestiona el derecho automático a la ciudadanía por nacimiento en EEUU para desincentivar la migración. La violencia política que siempre ha caracterizado a EEUU se agudiza como lo muestra el fallido atentado a Trump cuando era candidato o el reciente asesinato público del provocador, fascista y trumpista Kirk, o el atropello masivo con vehículos por parte de supremacistas blancos.

En Centro y Sudamérica, si bien EEUU logró que Panamá sacara a la empresa china que operaba el canal interoceánico, China inauguró en los meses previos a la llegada de Trump el mega puerto de aguas profundas de Chancay en Perú: una pieza clave en la Ruta y Franja de la Seda que conecta a la potencia asiática con Sudamérica. Brasil ha comenzado el proyecto de unir Santos con Chancay a través del Corredor Ferroviario Bioceánico Central con financiación china que gira la orientación comercial y logística del subcontinente.

También Colombia plantea el desarrollo de vías de comunicación ferro fluviales Atlántico-Pacífico alternativo al canal de Panamá.

EEUU este último mes ha desplegado una considerable flota bloqueando a Venezuela, donde contradictoriamente Chevron y otras empresas operan como parte del negocio petrolero que vincula a ambos países. Por eso ha elegido justificar la operación con la bandera de combatir el narcotráfico, emulando la justificación de Reagan en los ‘80 para invadir Panamá. Incluso auto otorgándose la legalidad de asesinar Maduro y otros jefes militares de Venezuela, que entró en estado de alerta y movilización. Pero EEUU no da la impresión de lanzarse a un desembarco y enfrentar el respaldo ruso y chino a Venezuela, que amenazó a Trump de transformarse en un nuevo Vietnam.

Trump promovió y respaldó desde EEUU el golpe de Jair Bolsonaro para impedir que Lula Da Silva volviera a la presidencia de Brasil. A pesar de haber repudiado y presionado con aranceles a Brasil para impedir la condena a 27 años de prisión por golpista para Bolsonaro, no lo logró.

Tampoco ha logrado evitar la derrota electoral de Milei, por más ayuda del FMI que puso. La debilidad en la que está cayendo el gobierno de Milei, abierta y personalmente vinculado a Trump, también lo alcanza.

No planteamos que EEUU haya perdido la hegemonía mundial frente a China, porque aun ostenta la hegemonía militar y financiera. Aunque sí la ha perdido en el plano industrial y logístico, aunque lleva la delantera en varios planos de la tecnología. Además, este año China inauguró un sistema de registro de transacciones comerciales paralelo al sistema SWIFT que le garantizaba a EEUU ese monopolio clave como parte de la disputa financiera que también libra con el Banco de los BRICS. China es dominante en África y en gran parte de Asia, y disputa Sudamérica con profundas inversiones y logística. Aunque EEUU e Inglaterra integran como aliados en sus dispositivos militares a Japón, Corea del Sur, Filipinas y Australia frente a sus costas.

El centro de tensión directo entre China y EEUU es alrededor de Taiwán. Taiwán es considerado por la ONU como parte de China aunque bajo otro régimen político, estatus establecido tras la revolución de 1949 y los acuerdos de los ‘70 que integraron a China a la ONU y su Consejo de Seguridad. Pero hoy EEUU actúa desconociendo dichos acuerdos. La línea separatista dentro de Taiwán ha perdido peso en el parlamento. Por su parte, China ha desplegado un dispositivo militar que podría desembarcar en la isla y lo ha hecho sentir ante la provocativa visita “oficial” de funcionarios norteamericanos a Taiwán, que no es reconocido ante la ONU como país.

Como maoístas reconocemos que la Revolución Cultural –que encabezó Mao Tsetung en defensa del camino socialista contra la línea del camino capitalista– fue derrotada en 1978, dos años después de la muerte de Mao. Entonces se impuso el camino capitalista con la asunción de Teng Xiaoping y sus máximas públicas: “Enriquecerse es grandioso” y “No importa de qué color sea el gato, lo importante es que cace ratones”. Este camino se reafirmó con la masacre de la Plaza Tiananmén en 1989 y el despliegue de un sistema estatal represivo, junto con el desarrollo de una línea que fue incorporando las inversiones extranjeras y el desarrollo de monopolios privados propios bajo control y asociación estatal china. Es decir, un capitalismo de estado con asociación de inversiones extranjeras y privadas bajo la dirección de un partido único de gobierno que centraliza, planifica y controla toda la actividad del país, con mecanismos de monitoreo a las personas que superan lo imaginado por George Orwel en su novela “1984”.

En estos casi 50 años China ha pasado de ser un país socialista a ser un país capitalista (de Estado). Y en la última década ha pasado a ser un país imperialista cuyos monopolios y sistema financiero disputan palmo a palmo con los de EEUU y Europa, imponiéndose en algunas ramas y regiones. El desfile militar del 3 de septiembre en Pekín y el arco de alianza militar que expuso es un nuevo paso en la disputa por la hegemonía mundial entablada con EEUU. Incluso, el avance de China bajo su sistema político centralizado y represivo –donde no existe la libertad de prensa ni de opinión– y las dificultades de EEUU de parar ese avance, dieron pie a los Trump y Elon Musk de EEUU y su planteo de si en realidad un sistema con menos libertades y mecanismos democráticos y parlamentarios, un sistema fascistizante, no es superior también para el capitalismo norteamericano y necesario para “hacer grande Estados Unidos de nuevo”.


Publicación original: https://liberacionpopular.org/eeuu-esta-perdiendo-la-iniciativa/