Editorial | El acuerdo con el Fondo es incumplible

Estados Unidos: Fueron al banco a retirar plata, pero se encontraron con una nota anunciando la quiebra.

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La inflación de febrero volvió a golpear los bolsillos de los trabajadores con 6,6% y un 9,8% en alimentos, donde peso el 29% de la carne.

A la inflación motorizada por la voracidad de los monopolios, la fuga de divisas mediante los mecanismos financieros habilitados, el contrabando en el comercio exterior y a la bola de bonos con tasas de más del 85% anual como exigió el FMI, ahora se sumó la sequía. Se estima una caída del 40% en las cosechas para este año, por lo que ingresarían 15 mil millones de dólares menos en las arcas del Banco Central.

Además a partir del último viernes, las quiebras del Silicón Valley Bank y el Signature Bank –y están por verse el Credit Suisse y otros-, parece abrirse el inicio de un periodo recesivo de la economía de EEUU y del capitalismo mundial. Un periodo recesivo e inflacionario, denominado estanflación.

El argumento de quienes aprobaron el acuerdo del FMI por la deuda de Macri, fue el de evitar caer al abismo. Ahora claramente son las metas de ese acuerdo las que nos empujan al abismo inflacionario y recesivo. Hace dos semanas ya le tuvieron que aceptar a Massa una baja en la meta de reservas para el Banco central porque se quedaba sin dólares para insumos productivos. La sequía y un probable periodo de crisis mundial, hacen que las metas del FMI aceleren el proceso recesivo e inflacionario en la economía argentina. Particularmente la meta de bajar el déficit cuando se desata una crisis mundial, la sequía golpea las exportaciones y recorta la actividad, se vuelve incendiaria. Argentina es el principal deudor del Fondo, este es un problema también para ellos, por eso es que están pagándose, por ahora ellos mismos, los vencimientos de la deuda de Macri. Y los problemas para quienes siguieron sus recetas, como por ejemplo De la Rúa, ya son conocidas.

Con el índice de enero y febrero la inflación interanual ya supera el 100% y la del 2023 acumula el 13,1%. La mayoría de las paritarias cerraron índices para los primeros meses, con plazos cortos de renegociación antes de que termine el semestre. Solo la bancaria hizo sentir un paro. Ahora la mayoría de esos acuerdos, viendo la tendencia inflacionaria quedarán por detrás. Esto acelera la pulseada salarial.

La quiebra del Silicon Valley Bank

Además de garantizar los depósitos de hasta 250 mil dólares de los pequeños ahorristas, el gobierno de EEUU salió el domingo a ampliar el seguro al total de los depósitos, intentando cortar el proceso de contagio. Pero no salió al rescate de los inversores tenedores de acciones de los bancos quebrados. Ha logrado cierta calma, pero habrá que ver el desarrollo de la situación en las próximas semanas.

Desde antes de la crisis de 2008, EEUU viene cerrando sus cuentas estatales con endeudamiento. Y ya previo a la pandemia, directamente imprimiendo dólares en cantidad. Así también han subsidiado y estimulado su economía. Ante una inflación anual que les apunta al 6%, cuando habitualmente era de 1 o 2%, la Reserva Federal (Banco Central de EEUU) tomó la medida de subir las tasas de interés del 0,25% al 4,75% a lo largo de un año, para que los inversores le presten comprando bonos del Tesoro con ese interés, y se refugien abandonando otras posiciones de financiamiento de la actividad económica. Así el Silicon Valley Bank, que ya venía en problemas dada su vinculación a la burbuja especulativa de las empresas tecnológicas, quebró junto al Signature Bank, asociado este último a las cripto-monedas.


El argumento de quienes aprobaron el acuerdo del FMI por la deuda de Macri, fue el de evitar caer al abismo. Ahora claramente son las metas de ese acuerdo las que nos empujan al abismo inflacionario y recesivo.


 

Desde hace más de un año el propio FMI y varios de los gurúes de Wall Street vienen alertando sobre el inicio de un proceso recesivo del capitalismo a nivel mundial, intentando un “aterrizaje” suave de occidente hacia la próxima recesión, que imaginan corta, solo de unos meses en sus cálculos. Pero la lógica de capitalismo monopolista, la disputa interimperialista y ahora la guerra con sus gastos, acentúan los inevitables ciclos de crisis de superproducción relativa intrínsecos del sistema capitalista.

La anterior crisis mundial fue en 2008 y marcó el principio del fin en la relación de asociación entre EEUU y China como locomotora del sistema capitalista imperialista, y con ello del periodo denominado de “globalización”. Lo que se impuso como receta a partir de ahí, fue un nivel de endeudamiento de los estados nunca alcanzado en la historia, empezando por EEUU.

Huir hacia adelante mediante el endeudamiento financiero es lo que han hecho hasta acá. El camino que impone la lógica imperialista ahora, incluye además la guerra. Ucrania ya es parte de esto. Se ha abierto en estos días el debate entre el oficialismo demócrata y la oposición republicana sobre la nueva ampliación del límite de endeudamiento estatal solicitado por el gobierno al parlamento, y sobre el gasto militar.

La táctica de reagrupar y seguir expandiendo la OTAN de Biden está detrás de la guerra en Ucrania tanto como la invasión expansionista de Putin que la detonó. A la par, Taiwán concentra el conflicto entre EEUU y China, aunque Norteamérica directamente pasó a acusar a la potencia asiática de proveer de armamento a Rusia, lo que ha sido negado. Sin embargo, el canciller chino ha advertido la semana pasada que a este ritmo los acontecimientos derivarán en una confrontación.

La economía china, basada en un capitalismo monopolista de estado junto al desarrollo de monopolios privados chinos y la asociación con monopolios de EEUU y Europa, tampoco es ajena al proceso de crisis que se está abriendo. Su crecimiento económico ha disminuido drásticamente. También acelera el desarrollo de sus dispositivos y preparativos bélicos. La guerra interimperialista es el nuevo elemento en este ciclo de crisis económica que se está abriendo.

Es la destrucción de fuerzas productivas, el quebranto de empresas, despidos y más concentración, la lógica del imperialismo para resolver las crisis. También la guerra como método para la destrucción de las fuerzas productivas de su oponente, la disputa de recursos naturales y mercados para su dominio y dinamización de su propia economía. Esta es la lógica que el imperialismo impone a los pueblos y que es totalmente opuesta a los intereses de las grandes masas.

Ha terminado el periodo político que se denominó “globalización”, y quedan en evidencia mentiras, como la del “fin de la historia” (el fin de las revoluciones sociales), que prometía el avance tecnológico como motor del desarrollo social y del bienestar general. Además la perspectiva de una gran crisis económica del sistema capitalista, que además estaría empezando en el propio EEUU, sincera la mentira de que “todo el mundo anda bien, salvo la Argentina”, base de la diatriba ideológica de los Macri, Milei, Larreta y JxC.

En todo caso lo grave de la situación argentina radica en que dentro del sistema capitalista imperialista mundial somos un país dependiente, atravesado por la disputa de múltiples potencias. Y las privatizaciones menemistas de los servicios públicos, empresas productivas y bancos estatales, hace 30 años cuando se iniciaba la denominada “globalización”, han extranjerizado nuestra economía e impiden toda posibilidad de desarrollo para beneficio de nuestro pueblo y nuestra nación. Además de que el grueso de ese proceso no se ha revertido y esa lógica es la que domina el litio y en última instancia el gas y el petróleo aún con una YPF.SA estatal al 51%. Y desde ya también el negocio de la soja, la carne, el aceite y las exportaciones en general.

¿Hegemonía, consenso o confrontación?

Al Frente de Todos y las fuerzas populares que ubicamos como cuestión política central impedir que JxC vuelva al gobierno, se nos impone la espera para que a fines de mayo se defina si hay acuerdo alrededor de un candidato; de un candidato principal y PASO, o de PASO entre Alberto, un kirchnerista y demás expresiones. Mientras Larreta y Bullrich ya arrancaron para dirimir entre halcones y palomas quien encabezará JxC en su plan de volver al gobierno. Esto inevitablemente lo sentimos como falta de iniciativa política. No es lo mismo discutir sobre quiénes son los responsables de la inflación así, que vertebrados.

Aún en la diversidad de líneas y programas que es hoy el Frente de Todos.

Nada indica además que los radicales vayan por fuera de JxC, más allá de algunas rupturas provinciales. Divididos, parecen ir por los vicepresidentes de Larreta y Bullrich. Morales de la UCR pretende a cambio, que Larreta le ceda la jefatura de CABA a Lousteau, pero justamente ahí está uno de los principales aportes de Mauricio Macri a la candidatura presidencial de Bullrich: la candidatura de su primo y portador de apellido Jorge, en el único distrito que gobierna y fue cuna del PRO.

Tras la publicación de los “fundamentos” del fallo que condena e inhabilita de por vida (proscribe) a CFK el jueves pasado, la vicepresidenta hablo el viernes en la Universidad de Rio Negro donde recibió un honoris causa. Y el sábado se realizó el plenario “luche y vuelve”, al que llevamos nuestro saludo, y en el que habló Kicillof y cerró Máximo Kirchner, dejando en claro que el objetivo es fortalecer a Cristina como electora. Tanto el discurso de CFK como el acto de Avellaneda apuntaron contra el incumplible acuerdo del FMI, a la responsabilidad de Macri, dejando en claro que no hay litio o Vaca Muerta “que nos salven” bajo este esquema. CFK volvió a plantear los límites de la actual república frente al poder económico y los medios concentrados, balanceó el gobierno de Néstor Kirchner en la recuperación de las expectativas de masas en el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial que hoy vuelven a desvanecerse en grandes sectores. Su cierre alrededor de la disyuntiva “hegemonía o consenso” ya con los datos de febrero, la sequía y la quiebra del Silicon Valley Bank de ese mismo día, sonó cuanto menos abstracto. Porque sea cual sea el candidato del Frente de Todos, la realidad económica será adversa y se agudizará la confrontación. Porque inclusive, se gane o se pierda la elección presidencial, antes y después serán tiempos de confrontación.


Publicación original: https://cr-alfrente.org/editorial-el-acuerdo-con-el-fondo-es-incumplible/