CNEA: 72 años construyendo soberanía energética

A poco de haberse cumplido un nuevo aniversario de la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el 31 de mayo de 1950, conversamos con Adriana Serquis, presidenta del organismo, y Sol Pedre, gerenta del Área Carem: el proyecto nacional de reactor nuclear modular.

La energía nuclear es un área que pocos países dominan y, en nuestro país, viene de sufrir los vaivenes del desfinanciamiento del gobierno macrista y del relanzamiento de sus proyectos con la gestión actual. En sus 72 años de historia, la CNEA ha tenido hitos, como la puesta en funcionamiento de tres centrales nucleares; y momentos muy adversos, como lo fue también la década de los ‘90.

En 2015 se habían proyectado dos nuevas centrales: una con tecnología nacional Candú y otra china de tipo Hualong. El gobierno macrista desarticuló ambos proyectos. Hoy se está negociando la construcción de Atucha III, de tipo Hualong y con transferencia tecnológica. En el medio, se conocieron las fuertes presiones de la embajada estadounidense para abortar esta nueva central y entorpecer el desarrollo nacional Carem. Aún así, hoy en nuestro país alrededor del 7% de la energía eléctrica proviene de fuentes nucleares. Extractamos (en texto) parte de la entrevista, que está completa en el video (ver arriba).

Temas abordados en la entrevista: ¿Cómo ha sido posible sostener el desarrollo nuclear? Transición energética y perspectivas de la energía nuclear. Desarrollos que abarca el sector nuclear. Objetivos para este período. Ventajas del diseño de reactor argentino Carem. La integración nacional. Proyecto Atucha III: condiciones para que la construcción de la central de tecnología china Hualong aporte a la autonomía tecnológica. Las presiones de la Embajada de Estados Unidos. Mujeres del sector nuclear.

–¿Cómo ha sido posible sostener el desarrollo nuclear?

Serquis: –La actividad nuclear ha sido política de Estado gran parte de estos 72 años. Digo gran parte porque lamentablemente hemos tenido períodos de retroceso, en los cuales (…) ha habido desfinanciamiento en la actividad. Uno de esos períodos fueron precisamente los años ‘90, en los cuales la CNEA terminó en tres instituciones. Una, que naturalmente debería ser así, es la autoridad regulatoria nuclear; y la otra es Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA), que es quien opera actualmente las centrales. Con la idea clara de privatizar estas centrales, cosa que no se logró hacer. En ese sentido quedaba la CNEA residual que sigue siendo una institución de gran proyección (…). Ahora, en el gobierno anterior también hubo un cierto retroceso. Y con todo lo que había sido el relanzamiento del plan nuclear con el gobierno de Néstor y Cristina, se había proyectado la posibilidad de continuar con la línea de grandes centrales. La Comisión siempre es el soporte de conocimiento y formación de recursos humanos y de poder hacer siempre punta de lanza en un montón de estos proyectos. Ahí se reactivó la vieja idea del proyecto Carem. Y la idea es seguir apoyando todos estos proyectos, lo que NASA llama el proyecto nacional. (…) Todo el sistema en sí, que llamamos el ecosistema nuclear, ha sido de gran fortaleza y se ha ido derivando en otras instituciones. Y creemos que una sinergia entre ellas son las que van a poder garantizar su vida en el futuro y su crecimiento. Tratando de garantizar no sólo el 7% de energía eléctrica, sino un poquito más de injerencia en esa transición energética que nos permita disminuir la emisión de gases de efecto invernadero hacia tener una matriz más limpia. (…)

–¿Qué objetivos se trazaron para este período?

Serquis: –En el período este que nos trazamos, principalmente finalizar los grandes proyectos que se comenzaron. Dejar a medias un proyecto es una decisión errada porque es malgastar la inversión que ya hizo el país en esos grandes proyectos. Ahí me refiero al Carem, al RA10 y al centro de protonterapia. (…) Continuar con el análisis en el área de medicina nuclear. (…) Poner en marcha nuevamente la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), pensando que es un acervo estratégico institucional que nos va a permitir continuar con la línea de centrales naturales de uranio natural [de tecnología nacional]. E ir evaluando la posibilidad de todo el ciclo de combustible. Estamos en un análisis concreto para ver si se logra que alguno de los sitios vuelva a hacer extracción de uranio, para no tener que importarlo. Por último, evaluar (…) un proyecto tecnológico de enriquecimiento de uranio que sea factible. Por supuesto, colaborar con otras instituciones en todas las otras tecnologías relacionadas con la transición energética, ya sea del tema hidrógeno, litio o energía solar.


Objetivos para el período

–¿Cuáles son las ventajas del diseño argentino Carem?

Pedre: –El reactor está al 72% de la obra civil, pero en total estamos en el 60%. Es uno de los primeros diseños que salió [en su tipo SMR] y uno de los pocos que está en construcción a nivel mundial. Pero hay muchos diseños. Y ahora se le está dando mucha importancia a este tipo de diseños. Los yanquis, los chinos, los rusos tienen los suyos… Dentro del renacimiento de la energía nuclear a partir del tema del cambio climático, los SMR en particular (small modular reactor), que son este tipo de reactores pequeños y modulares, están teniendo un interés particular a nivel mundial. Y, si se quiere, un poco exacerbado ahora por la guerra de Rusia con Ucrania porque se vuelve a ver que es un tema de seguridad nacional. [El Carem] tienen ventajas: Por un lado, por los sistemas pasivos de seguridad. Los sistemas que básicamente no requieren intervención humana para accionar en caso de algún evento y que accionan simplemente con las fuerzas naturales. Con lo cual son muchos más seguros. Todos estos sistemas pasaron a tener mucha importancia después del accidente de Fukushima. Y después, porque tienen ventajas en cuanto a su tamaño. La necesidad de inversión que se necesita inicial es menor. La idea es que se puedan producir de manera seriada. No es fácil eso. No es que se está logrando, pero esa es la idea a nivel mundial. (…) Y además combinan muy bien con las energías renovables. Porque tienen más capacidad de acoplarse a las energías renovables en cuanto a la variabilidad que tienen esas energías. Tanto la energía eólica como la solar no son energías de base. Son energías intermitentes. Y los reactores pequeños tienen mejor capacidad de acoplarse que las centrales grandes.
Para el país, lo fundamental del Carem es seguir con la línea que tiene el sector nuclear históricamente, que en un punto hizo que sobreviviéramos etapas negras, que es la mayor integración nacional posible en la fabricación de los componentes. No sólo es el desarrollo científico, tecnológico de conocimiento, sino que es la unión con la industria nacional. Está la CNEA que es la institución madre. Están todas las empresas que surgieron de la CNEA (…) pero además todas las empresas metalmecánicas del sector. IMPSA y un conjunto de empresas que proveen servicios, ingeniería, integración electrónica, programación, etc. (…) Hoy tenemos 130 contratos vigentes, de los cuales más del 95% son con empresas argentinas. Y el objetivo es tener una integración nacional del 70% de los componentes, que realmente es muy alto para este tipo de proyectos. (…)

–En los últimos años se ha escuchado bastante que el rol del Estado sería “dejar que anden los privados”. Pero… ¿hay algún lugar del mundo donde el sector nuclear no se haya desarrollado a impulso del Estado?

Serquis: –No. Claramente no. De hecho, la mayor parte de los grandes desarrollos científico-tecnológico, el nuclear en particular, siempre han empezado y continuado con un apoyo importante de los estados nacionales. No conozco absolutamente ningún ejemplo en que no hayan participado. Por dos razones: Una, por el monto de las inversiones. Pero otra por la importancia geopolítica que tiene manejar conocimiento en el sector nuclear. Participar para nosotros del G20 no es porque seamos una de las primeras 20 economías del mundo, sino que tiene que ver con que tengamos conocimiento en el área y eso nos posiciona en un lugar particular para poder establecer las relaciones con otros países…


Ventajas del diseño de reactor argentino Carem

–Recientemente se ha retomado el proyecto de Atucha III, aunque con tecnología china Hualong. ¿Qué se debería cumplir para que esta nueva central pueda ser un aporte también para nuestro desarrollo tecnológico autónomo?

Serquis: –Acá hay dos temas. Uno, que siempre fue una discusión que es si la Argentina tenía que moverse hacia centrales de tipo PWR de uranio enriquecido. Porque es la tecnología que quizás presenta un mayor avance en el mundo. Y siempre estaba esa controversia porque el problema de tener dos tecnologías es como distribuir cosas en más de un lugar. Todavía nosotros no tenemos esa tecnología. El Carem es nuestro mejor ejemplo de que vamos a dar ese salto cualitativo. Por un lado, tenemos de que el acuerdo inicial (en 2015) era que China financiaba este reactor Hualong y otro Candú nacional. Ese acuerdo país-país se vino bastante atrás con el gobierno anterior. Entonces estamos tratando de llegar al mejor acuerdo posible. Financiamiento se va a poner para esta central. Entonces, ¿cuáles son las oportunidades que tenemos? Por un lado, la transferencia tecnológica: hay una cláusula precedente en el contrato de la Hualong que implica que, si nosotros no firmamos el contrato de transferencia de tecnología para poder hacer los combustibles en el país, no va a continuar el contrato base. Entonces eso nos da bastante sustentabilidad en cuanto a que es necesario y va a ser así. Por otro lado, (…) en todos los casos anteriores que hemos tenido, cuando empezaron a acá e hicieron la primera central de potencia tampoco había conocimiento en la Argentina y trajeron todo de afuera. Siemens vino e instaló con su tecnología. Sin embargo, con el paso del tiempo, los argentinos y argentinas nos ingeniamos para poder incluir cada vez más todo eso que va llegando para poder meternos en la operación de las centrales. Segundo, nos da mucha credibilidad en el mundo operar con centrales de uranio enriquecido. Y eso nos va a dar más credibilidad incluso también para el Carem (…), si bien son centrales distintas y otra escala.


Proyecto Atucha III y su aporte a la autonomía tecnológica

–¿Cómo se responde ante las fuertes presiones de la embajada estadounidense para entorpecer los proyectos nucleares?

Serquis: –Yo creo que es una responsabilidad nacional. Es el gobierno nacional el que tiene que tomar las iniciativas de defender lo que se hace en el país. De nuestro lado, lo que decidimos fue no responder a esa, si querés, bravuconada de alguna manera. Fue muy burdo. Me tocó estar presente en alguna de estas presentaciones donde la secretaria de Estado de EEUU presenta su acompañante como un ex FBI y nos presenta un informe en el cual había muchas cosas que me parecían tan irrisorias. Porque eran unos recortes de diarios, o cosas por el estilo. Y lo que tenemos que hacer es seguir diciendo lo firme que es nuestro sistema, lo desarrollado que está, y que nuestra autoridad regulatoria y nuestros profesionales son capaces de chequear que se cumplen las condiciones de seguridad, al contrario de lo que ellos dicen de que los chinos no tienen sistemas de seguridad suficientemente buenos y que entonces pueden producir algún tipo de accidente. La realidad es que no ha ocurrido. (…) Tenemos mucho para aprender, pero tenemos que ponernos firmemente a negociar, tanto con los chinos como con los Estados Unidos, de no permitir que tenga injerencia en nuestras decisiones.


Las presiones de la Embajada de Estados Unidos

–Hoy tenemos mujeres al frente de la CNEA y del CAREM. ¿Consideran que representa un avance del movimiento feminista?

Serquis: –Claramente sí. Porque creo que ambas estamos convencidas de que permitir que muchas mujeres puedan participar en estas cosas es en beneficio de cualquiera de los proyectos. La diversidad de miradas es necesaria. La equidad de género es una necesidad. (…) Y que no se nos hace fácil muchas veces. (…) Tenemos una manera diferente de enfrentar las situaciones. Vamos por un trabajo en equipo y ese trabajo en equipo significa sumar las diversidades de opiniones y las diversidades de personas. Apostamos a eso.

Pedre: –El sector nuclear es un sector muy masculino. (…) Adriana nombró también muchas gerentas, que no había prácticamente. Y eso cambia. Además, si bien había habido presidenta mujer antes, esta vez es acompañando un movimiento que ya venía dentro de la CNEA y que viene a nivel social. No es lo mismo que veces anteriores. Realmente hay una construcción dentro de la CNEA del grupo de mujeres, de la que nosotras somos directamente parte. Y me parece fundamental, para este tipo de proyectos como el Carem, que son proyectos grandes tecnológicos de mucha gente y requieren un tipo de liderazgo que arme equipo. Lo mismo a nivel de la CNEA. Y eso creo que es una característica fundamental que tiene la conducción de Adriana y lo que estamos haciendo en la CNEA en general. Yo creo que eso es parte de la experiencia colectiva que hemos tenido como movimiento feminista en los últimos años. La manera de organización, de escuchar a todas las voces, de tomarnos el tiempo de escuchar las diferentes opiniones y tratar de armar el mejor equipo posible. (…)

Serquis: –En este último tema: romper el techo de cristal no implica que una sola persona alcance un lugar, sino que se genera un movimiento y esta mirada diferente.


Mujeres del sector nuclear

Publicación original: https://cr-alfrente.org/cnea-72-anos-construyendo-soberania-energetica/